
¡Vaya semana!
La muerte de Michael Jackson tiene muchas lecturas, afortunadamente no me detendré a juzgar su valor o sus contribuciones.
Ahora lo que me mueve tiene que ver con su muerte que se convirtió en un fenómeno colectivo.
Twitter, Facebook y portales daban cuenta del deceso provocando que las redacciones de periódicos y noticiarion se cimbraran con la repercusión.
Una vez confirmado había que cambiar todo.
El tiempo apremiaba y la información era confusa.
Cuando uno se dedica a este trabajo tiene pocas oportunidades de ser parte de esos fenómenos.
Ser parte, a la distancia y de forma ajena, de la muerte de un ídolo es ácido total.
Así, mis planes de salir temprano para irme al Bull se cancelaron, algo que agradezco pues escuchar a Fanny Lu y Gael García en el otrora templo del rock es algo que no cualquier corazón es capaz de resistir.
La ventaja es que para soportar ese tormento ahí estaban Pudín, Di y la Boxeadora.
Es lunes, el próximo fin son elecciones y desde ya nos amenazan con ley seca todo el fin.
¿Eso qué?
El único lado positivo que le veo a todo esto es que se van a terminar las patéticas campañas.