Retoma una idea que la cuñada escribió en su FB: las cosas que odio.
Hay momentos en que creo que son pocas pero creo que, en un ejercicio de honestidad, son más de las que hubiera imaginado.
Solo mencionaré algunas porque... básicamente me da hueva escribir más.
Veamos
-A algunas personas.
Es normal ¿no?, tampoco es para pensar que toda la gente nos puede caer bien o por lo menos ser indiferentes. Hay algunos que con su sola presencia me dan ganas de patearlos hasta el cansancio. Me reconforta saber que provoco el mismo sentimiento en otros.
-A los expertos en algo.
No me refiero a los expertos que resultan ser útiles. Hablo de los que saben tooooooooodo de música, tooooooooooodo de cine, toooooooooooode literatura o de fútbol. Lo malo no es que lo sepan, lo que puede ser como una patada en las canicas es que traten de demostrarlo siempre.
¿Conoces a tal banda? ¿Ubicas al actor que aparece en la décimo quinta secuencia de la mejor película finlandesa de la historia? ¿Sabes qué jugador de las Chivas ha fallado más penales cobrados entre el minuto 23 y el 37 de un segundo tiempo?
¡No! y la verdad es que me tiene sin cuidado no saberlo. Siempre hay lugares en los que puedo encontrar esa información si un día me hace falta.
-La gente de sistemas.
Estos merecen un apartado especial. Teóricamente son ellos los encargados de mantener en óptimas condiciones todo el sistema de cómputo de una empresa. Como tal, su preparación debería ir acorde con las exigencias que se les pidan pero lo cierto es que tal parece que en las tan populares escuelas técnicas que están afuera de cada estación del metro los tienen en barata.
Pedirles que solucionen algo es apostar por la veracidad de la separación del mar por parte de Moisés.
-Las ratas.
Si, lo reconozco, ante la presencia de una aflora mi papel de mariquita. Puedo subirme a la primera silla que esté a mi alcance con tal de evitar su mortal ataque. Ha sido tan grave que en cierta ocasión decliné, amablemente, la invitación de una señora que me pidió ayudarla a matar al animal en cuestión. Afortunadamente mi argumento sobre el respeto a los animales ayudó a disimular mi estado.
-Tlaxcala.
En realidad no es tanto odio, es más bien como una duda. ¿En verdad existe? ¿Si desapareciera de un día para otro lo extrañaríamos?
Vaya, hay estados de la República que son noticia constantemente pero ¿Tlaxcala? ¿Hay vida ahí?
-Emmanuel
¡Vaya! Este no tiene perdón de Dios. ¿Quién diablos lo puede ubicar como uno de los grandes cantantes en español? Seguro por cada vez que alguien canta/baila La chica de humo un cachorrito se muere en algún lugar del mundo.
Hay momentos en que creo que son pocas pero creo que, en un ejercicio de honestidad, son más de las que hubiera imaginado.
Solo mencionaré algunas porque... básicamente me da hueva escribir más.
Veamos
-A algunas personas.
Es normal ¿no?, tampoco es para pensar que toda la gente nos puede caer bien o por lo menos ser indiferentes. Hay algunos que con su sola presencia me dan ganas de patearlos hasta el cansancio. Me reconforta saber que provoco el mismo sentimiento en otros.
-A los expertos en algo.
No me refiero a los expertos que resultan ser útiles. Hablo de los que saben tooooooooodo de música, tooooooooooodo de cine, toooooooooooode literatura o de fútbol. Lo malo no es que lo sepan, lo que puede ser como una patada en las canicas es que traten de demostrarlo siempre.
¿Conoces a tal banda? ¿Ubicas al actor que aparece en la décimo quinta secuencia de la mejor película finlandesa de la historia? ¿Sabes qué jugador de las Chivas ha fallado más penales cobrados entre el minuto 23 y el 37 de un segundo tiempo?
¡No! y la verdad es que me tiene sin cuidado no saberlo. Siempre hay lugares en los que puedo encontrar esa información si un día me hace falta.
-La gente de sistemas.
Estos merecen un apartado especial. Teóricamente son ellos los encargados de mantener en óptimas condiciones todo el sistema de cómputo de una empresa. Como tal, su preparación debería ir acorde con las exigencias que se les pidan pero lo cierto es que tal parece que en las tan populares escuelas técnicas que están afuera de cada estación del metro los tienen en barata.
Pedirles que solucionen algo es apostar por la veracidad de la separación del mar por parte de Moisés.
-Las ratas.
Si, lo reconozco, ante la presencia de una aflora mi papel de mariquita. Puedo subirme a la primera silla que esté a mi alcance con tal de evitar su mortal ataque. Ha sido tan grave que en cierta ocasión decliné, amablemente, la invitación de una señora que me pidió ayudarla a matar al animal en cuestión. Afortunadamente mi argumento sobre el respeto a los animales ayudó a disimular mi estado.
-Tlaxcala.
En realidad no es tanto odio, es más bien como una duda. ¿En verdad existe? ¿Si desapareciera de un día para otro lo extrañaríamos?
Vaya, hay estados de la República que son noticia constantemente pero ¿Tlaxcala? ¿Hay vida ahí?
-Emmanuel
¡Vaya! Este no tiene perdón de Dios. ¿Quién diablos lo puede ubicar como uno de los grandes cantantes en español? Seguro por cada vez que alguien canta/baila La chica de humo un cachorrito se muere en algún lugar del mundo.