lunes, octubre 26, 2009

¡De manteles largos!

El blog está de fiesta y no es poca cosa. Tenemos una pluma invitada y debo reconocer que me siento honrado porque haya aceptado mi propuesta para participar en este experimento.
Como algunos meros antecedentes, debo decir que la mujer que honra esta página con sus letras ha vivido lo que muchos apenas esbozamos en la imaginación, tiene entre los lectores de su blog nada más y nada menos que a personajes de a talla de Guadalupe Loaeza, vive en un eterno crush por Alejandro Sanz y convive 24x7 con modelos, actores, y demás fauna televisiva y musical.
Y, en un intento por hacer más democrático el asunto de analizar relaciones personales, le pedí su consejo y su visión de las cosas pues dicen que las mujeres son de Marte... ¿o de Venus? el punto es conocer otra perspectiva y qué mejor forma, al menos para mí, que hacerlo a través de una mujer que admiro, respeto y quiero.
Así que...

Les presento a Giuseppina. (Corran a leer su blog)

Acepté temerosa la invitación de mi querido Lucas para formar parte de
tan célebre blog hablando de un tema que, para mí, representa sin duda
alguna mi punto débil. Es el único que me puede poner realmente de mal
humor y que me hace contestar de la peor forma posible a quien tenga
el mal tino de preguntarme o sugerirme que me va a presentar a
alguien, y es es el tema de mi soltería.

La verdad es que no siempre fue así, yo era una experta en relaciones
largas, formales y estables. Con mi primer novio "formal" duré un poco
más de cinco años y con el segundo casi cuatro, así que todo parecía
indicar que yo era un elemento adaptable, hecho específicamente para
la vida en pareja y, según los que me conocían, a una de las primeras
bodas del grupo a la que asistirían era a la mía.

De repente todo cambió, decidí que una de mis máximas de vida sería el
no estar con alguien que me aburriera, terminé mi noviazgo y a partir
de ahí me he dedicado a aburrirme sola, pues no he podido tener una
relación desde ese día en el que en mi ataque de "brillantez" me
condené a la vida de la inconforme soltería.

Me queda algo muy claro... es más fácil ser un soltero hombre que una
soltera... en cuestión de segundos una mujer soltera de mi edad es
considerada por muchos como alguien incompleto, de repente somos
tratadas como un ser mutilado al que le falta una pierna o un brazo,
en el instante todo el mundo cree que tiene la autoridad para meterse
hasta el fondo del problema, cuestionarte y tratar de entender por qué
estás sola, este estado civil es para muchos el sinónimo de fracaso,
no importa si tienes una carrera exitosa, si vives sola por tus
propios medios, si has hecho cosas en serio remarcables, si eres
soltera, es que estás fallando.

Ahora... enfrentarte a tus iguales, o sea, los solteros, es toda una
hazaña. No dudo que existan personajes que sí estén buscando una
relación en toda la extensión de la palabra, sin embargo creo que he
tenido el mal tino de toparme con muchos que sí se casaron con la idea
de que los treinta son los nuevos veintes, pero mucho peor y con mañas
adquiridas. Estoy completamente consciente de que a mis tempranos
veintes era mucho más exigente de lo que soy ahora, casi a los
treinta, pues mis expectativas tuvieron que bajar a fuerza de
trancazos emocionales.

De repente me ha tocado ver que todos mis miedos (inculcados por mi
madre, amigas de ella, tías, etc) se estén haciendo realidad. De
entrada el cumplir treinta años sola es todo un tema para el que me
estoy preparando aunque aún falte medio año, el escuchar a mi mamá
furiosa diciendo: "yo a tu edad ya tenía dos hijas" es una frase que
aparentemente antes no me importaba pero ahora me rechina más fuerte
en la cabeza así como el más temido por las damas de buenas costumbres
que decían "si no te apuran te van a tocar sólo las segundas
vueltas... ", refiriéndose a que entrarías al juego de la ronda de los
divorciados, hombres que aparentemente ya tienen heridas de guerra
irreparables... sin embargo, y espero que alguna soltera que me lea me
acompañe en el sentimiento, los que aún siguen libres pululando por el
mundo del ligue y la "búsqueda del amor", son mucho más complicados de
lo que parece.

En esta búsqueda del amor "adulto" me he topado con personajes tan
variados como el ejecutivo perfecto que de lunes a viernes es un
ejemplo de responsabilidad y eficacia, pero que en el fin de semana se
vuelve un quinceañero al que hay que ir a sacar del alcoholímetro y
que cuando hace algún movimiento, al otro día te dice que estaba tan
borracho que no se acuerda. También al izquierdoso que odia el
capitalismo pero vive en un loft en la condesa, que piensa que lo
mejor que te puede pasar es estar con ellos porque tendrás la
oportunidad de aprender de muchísimos autores, grupos, músicos y
conciertos a los que nadie más asiste porque todos son una bola de
estúpidos menos los 10 que los conocen, y que creen que tienen la
calidad moral de descartar absolutamente todo lo demás. Los que ya
traen "equipaje", llámese hijos, ex novias psicópatas, ex esposas,
etc... éstos, como sentaron cabeza muy pronto, ahora que están libres
otra vez son peor que el elenco de "American Pie" y por último, los
que son prácticamente perfectos, pero que deciden que son tus mejores
amigos y te conviertes en la confidente que está esperando un huequito
de oportunidad que cuando llega, puede ser respondido por un increíble
"te confundiste, nunca di señales, tú y yo sólo somos amigos".

Me encantaría hablar en este post de las cosas que me molestan de la
vida en pareja, pero la veo tan lejana que mi memoria selectiva ya
borró lo malo y únicamente me acuerdo de lo bueno y de lo que extraño.
Trato de no dejarme llevar por las porras de la gente que tengo
alrededor que consisten en las siguientes frases:
- "Ya llegará"... porque siempre he desconfiado de la puntualidad de
la gente... me queda claro que puede ser que no llegue.
- "Es que nadie te llega".... esta frase, si te la crees, te condena a
la soledad absoluta y eterna, no creo que pueda ir alguien por el
mundo pensando en esta frase y reconfortándose en ella.
- "Te voy a presentar a un compañero de mi oficina, es medio teto pero
es lindo".- Aquí ya dan por hecho que no habrá forma de conseguirte
algo que valga la pena, entonces empiezan a escudriñar en lo
medianamente decente que encuentran y te lo presentan, como si se
tratara de unir a un par de defectuosos a ver si logran sobrevivir.
- "Es que también eres muy exigente", comentario que mata por completo
al "es que nadie te llega"... aquí el tema de la exigencia se vuelve
completamente subjetivo.
Pero, el peor de todos que he escuchado, sin duda es: "yo tengo una
amiga que nunca se casó y es la más feliz de todas nosotras... ", aquí
ya no te dan esperanza alguna, y a lo mejor peco de romántica, pero yo
sí creo que mi felicidad depende de poder compartirla con alguien, así
que no lo concibo.

Pues la búsqueda sigue y espero que ésta deje de ser toda una
recopilación de anécdotas, en el momento fue divertido reírme de lo
peor que te puede pasar en una cita pero últimamente ya no me hace
tanta gracia...

Deséenme suerte

jueves, octubre 15, 2009

Se aceptan consejos

Han notado, quienes ronden los 30, cómo es que ahora las relaciones sentimentales, su status y su conclusión, ocupan cada vez más veces las pláticas.
Ya no se trata sólo de borracheras o chismosas sesiones de café en la que se destroza a la culpable de la desdicha. Ahora veo, en mí y en mis amigos, una cierta angustia por no saber qué depara cierta relación.
Quizá tenga que ver con la edad. Acostumbrados a pensar que a cierta edad uno tendría que sentar cabeza ahora vemos cómo el tiempo pasa y seguimos en las mismas pero no igual.
Peor aún, los síntomas se agudizan cuando personas más jóvenes también sufren con las relaciones laborales/sentimentales/o de amistad.
A lo que voy es que creo que conforme pasa más tiempo resulta más difícil entablar una relación, una situación que por sí misma implica mucho más esfuerzo del que imaginamos.
Retomando aquel post de Si/No/Me vale madres pongo aquí mi teoría de las relaciones, aunque no habrán de tomarla como verdad de vida si se toma en cuenta que sigo soltero. ¡Ja!

El primer punto clave es: comunicación.
Cierto, lo hemos escuchado y repetido hasta el cansancio. Debería ser fundamental pero el chiste es descubrir hasta qué punto se lleva esa comunicación.
¿Nos contamos todo o nos quedamos con algunos secretos?
¿Es realmente necesario conocer a fondo el pasado de alguien o vale más pensar en el futuro?
Hay muchas cosas que prefiero platicarlas con mis amigos y no se trata de desconfianza, es simplemente que hay temas que entre hombres se entienden mejor y se disfrutan más.
Pudiera tener a la mujer más increíblemente madura a mi lado pero seguro le caerá como patada circular de Chuck Norris que le diga que Dorismar en la edición Xtremo de H se ve impresionante y que, invariablemente, cualquier tiene fantasías al ver las fotos.
Puto el que no.
Por piedad, ver y comentar esas revistas no nos pone ni remotamente cerca de querer o tener una oportunidad con la modelo.
El ejemplo aplica perfecto para cantantes, actrices y famosas en general.

Punto número dos: Los borrachotes de tus/mis amigos
Ajá, aunque en su cabecita loca lo vean de otro modo, resígnense. El hombre en cuestión viene en paquete. Tampoco quiere decir que todo el tiempo estén presentes, aunque es muy probable que así sea, por lo que tienen que entender que hay espacios vedados para ustedes. Si voy a ver a mis amigos para tomarme una o mil chelas, a eso voy. No me voy con otra chica, no me voy a un table dance. Entiéndalo, el mejor deporte que se practica en esas reuniones es tomar hasta la inconsciencia, decir guarradas, molestarnos entre nosotros y pedorrearnos sin reparo.
Por supuesto, como habrán podido deducirlo, para llegar a este entendimiento haría falta que el primer punto haya quedado claro.

Punto número tres: las preguntas.
De verdad, en nombre del Niño Dios y que se muera un cachorrito si lo que digo no es verdad. No hagan preguntas para las que no quieren escuchar la respuesta. Peor aún, no las hagan cuando saben de antemano la respuesta y conocen la reacción que tendrán cuando confirmen sus pensamientos con la respuesta. Creo que hay cosas que es mejor no saber, aunque es cuestión de enfoques.

Punto número cuatro: la competencia.
Por difícil que parezca, los hombres podemos tener relaciones de amistad, con mujeres guapas y/o feas, sin que medie interés sexual de por medio.
Sí, suena raro y seguro muchas jurarán que me justifico de antemano pero es cierto. Pocas cosas pueden resultar más molestas que explicar el por qué de cada uno de los nombres femeninos que traemos en el celular, que tenemos en el messenger o en el facebook.
Sí, no son las únicas, hay otras mujeres, pero si estamos con alguna es por algo.

Tras este punto, que no es conclusión, tengo que asegurar que no hay una fórmula que funcione. Lo he visto con parejas por las que cualquiera apostaría y que a la larga, de la nada, se han separado. Otras más, que parecían condenadas al desastre, lograron superar los problemas y ahora son felices. Las más, viven en ese intenso juego de estar bien/estar mal, en donde los hombres volvemos a aplicar el Si/No/Me vale madres cuando las mujeres deciden fijar posturas radicales o flexibles.

Y yo.... pues sigo tratando de entener qué diablos ha fallado.