Otra vez. Cuando parecía que tendría que recurrir a la reventa, el dios puma, a través de su profeta Xosean, puso en mi camino justo los boletos que necesitaba para ir al estadio.
Será la cuarta final consecutiva que esté ahí con mis hermanos y amigos.
Ya sé, equipo chico, poquitero, ratonero y sin entrellas... con un entrenador miedoso, sin variantes... bla bla bla bla.
Aunque no digo que me encante su estilo sí reconozco que me gustan los resultados y hasta el momento, estar en una final, los avala.
Y sí, sé que el triunfo parece lejano pero también sé que sólo los que juegan la final tienen posibilidades de ganarla.
¡Vienen las críticas!
1 comentario:
expulsion increible que suena a ayudas a chivas y a américa. sólo qe ahora los pumas no dirán nada de eso, dirán que todo fue limpio.
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