Va con acento, por cierto, aunque se hayan acostumbrado a leerlo de ese modo en periódicos y revistas. Es simple, la sílaba tónica es la grave y como su terminación no es N, S o vocal entonces se acentúa. ¿Listo?
Ahora sí.
Ya me había pasado, hace dos años. Esguince de ligamento y fractura de tobillo. Suena apantallador pero no lo fue tanto, cosa de enyesarme el pie mes y medio y ya. Aquello sucedió jugando y un día, en otro post, les platicaré algunas de las razones que me han dado para que sucediera.
Esta semana, después de un nuevo golpe al mismo pie derecho, pensé lo peor. Sabía que podía ser nuevamente algo parecido o incluso más grave.
Para tratar de relajarme, dirigí mis pasos hacia un par de cervezas. Suponía que sólo era un golpe y que en cuestión de minutos desaparecería el dolor.
A la mañana siguiente mi pie era igualito al de Shrek, bueno, no en lo verde, pero seguro era del mismo tamaño.
Apoyarlo era un reto, casi tan doloroso como ver que siguen convocando a Rafa Márquez a la selección.
Sin más, fui llevado al hospital. Dos radiografías y dos horas después llegó el ortopedista quien de plano se dijo incapaz de dar un diagnóstico certero.
¿Están de acuerdo que eso basta para generar enorme desconfianza?
En fin, dos radiografías más. Aún no sabían qué era, podía ser una fractura, podría requerir operación o podía no ser nada.
Tal cual, el médico puso la decisión en mis manos.
"Ante la duda yo recomiendo inmovilizar al menos un mes o puede pagar una resonancia magnética y aseguramos el diagnóstico", dijo.
Obvio, la amenaza incluía otra vez inmovilizarme y privarme de un viaje a Los Ángeles la próxima semana al que muero de ganas de ir pero por el otro lado necesitaba estar seguro de que mi pie volvería a estar como antes, aún si eso incluía un pago que estaba, por mucho, fuera de mi presupuesto mensual dedicado a emergencias médicas.
Finalmente me hicieron la resonancia. Toda una experiencia. Les platico. Te meten, inmovilizado, a un aparato que genera ondas magnéticas que son leídas por una computadora. La única condición es que no te puedes mover, nada, ni tantito.
¿Cómo lo solucioné? Durmiendo, entré al aparatito y en dos segundos estaba perdidamente dormido hasta que llegaron a decirme que habían terminado así que disculpen que no pueda darles más detalles.
Tras ello, regresó el doctor muerte a decirme que ya todo estaba en orden y él ya se sentía con la confianza de decirme que no tenía nada, que me pusiera hielo y que por favor pasara a pagar la cuenta.
"¡Por supuesto que no! Ahora aunque sea me saca la apéndice pero no me voy de aquí sin una venda", espeté completamente indignado.
Nada de eso pasó. Pagué, corrí a mi casa a mandar un texto pendiente, me viajé con pastillas para el dolor y dormí.
Ya estoy de vuelta, con el pie como tamal, con una muleta para apoyarme y con una deuda increíble en mi tarjeta. Pero como dije, tres puntos de apoyo siempre son mejor que dos.
Para quienes hablaron para saber cómo seguía. Hasta había olvidado qué se sentía.
Ahora sí.
Ya me había pasado, hace dos años. Esguince de ligamento y fractura de tobillo. Suena apantallador pero no lo fue tanto, cosa de enyesarme el pie mes y medio y ya. Aquello sucedió jugando y un día, en otro post, les platicaré algunas de las razones que me han dado para que sucediera.
Esta semana, después de un nuevo golpe al mismo pie derecho, pensé lo peor. Sabía que podía ser nuevamente algo parecido o incluso más grave.
Para tratar de relajarme, dirigí mis pasos hacia un par de cervezas. Suponía que sólo era un golpe y que en cuestión de minutos desaparecería el dolor.
A la mañana siguiente mi pie era igualito al de Shrek, bueno, no en lo verde, pero seguro era del mismo tamaño.
Apoyarlo era un reto, casi tan doloroso como ver que siguen convocando a Rafa Márquez a la selección.
Sin más, fui llevado al hospital. Dos radiografías y dos horas después llegó el ortopedista quien de plano se dijo incapaz de dar un diagnóstico certero.
¿Están de acuerdo que eso basta para generar enorme desconfianza?
En fin, dos radiografías más. Aún no sabían qué era, podía ser una fractura, podría requerir operación o podía no ser nada.
Tal cual, el médico puso la decisión en mis manos.
"Ante la duda yo recomiendo inmovilizar al menos un mes o puede pagar una resonancia magnética y aseguramos el diagnóstico", dijo.
Obvio, la amenaza incluía otra vez inmovilizarme y privarme de un viaje a Los Ángeles la próxima semana al que muero de ganas de ir pero por el otro lado necesitaba estar seguro de que mi pie volvería a estar como antes, aún si eso incluía un pago que estaba, por mucho, fuera de mi presupuesto mensual dedicado a emergencias médicas.
Finalmente me hicieron la resonancia. Toda una experiencia. Les platico. Te meten, inmovilizado, a un aparato que genera ondas magnéticas que son leídas por una computadora. La única condición es que no te puedes mover, nada, ni tantito.
¿Cómo lo solucioné? Durmiendo, entré al aparatito y en dos segundos estaba perdidamente dormido hasta que llegaron a decirme que habían terminado así que disculpen que no pueda darles más detalles.
Tras ello, regresó el doctor muerte a decirme que ya todo estaba en orden y él ya se sentía con la confianza de decirme que no tenía nada, que me pusiera hielo y que por favor pasara a pagar la cuenta.
"¡Por supuesto que no! Ahora aunque sea me saca la apéndice pero no me voy de aquí sin una venda", espeté completamente indignado.
Nada de eso pasó. Pagué, corrí a mi casa a mandar un texto pendiente, me viajé con pastillas para el dolor y dormí.
Ya estoy de vuelta, con el pie como tamal, con una muleta para apoyarme y con una deuda increíble en mi tarjeta. Pero como dije, tres puntos de apoyo siempre son mejor que dos.
Para quienes hablaron para saber cómo seguía. Hasta había olvidado qué se sentía.
6 comentarios:
Lucas, tu pie!! Lo siento mucho :( Yo sí hubiera hecho pancho en el hospital para que MÍNIMO me dieran vitaminas de los picapiedra y un curita de Bugs Bunny... lo bueno es que tu viaje sigue en pie.
Sé suertudo
Lucas, espero que tu pie vaya mucho mejor, si te consuela el
Sr. W, no está mucho mejor que tu....espero que ambos se compongan prontito.
Un abrazo.
Pd. Que me vas a traer de L.A.?
Lucas, me siento mal porque no me enteré de toda esta tragedia hasta tarde.
Por experiencia te lo digo, no pidas que te saquen órganos para que valga la pena el viaje... yo una vez hice ese chiste y la última vez que me metieron tijera, cuando hice corte de caja con el doctor, me dijo que no tengo apéndice desde hace mucho y yo no me había enterado.
Buen viaje!!!
Nuestro fin de semana tan lleno de amor estuvo de no creerse. Me sorprendiste mucho con los regalitos traídos de Londres y NY.
Ahora espero con ansias el que prometiste de Los Ángeles.
Te amo Lucas!!!!!
PD. Pienso lo mismo, pasé el mejor 14 de mi vida.
Lucas... Viste la película de Identidad? Que todo sucedia en un motel? Y al final el asesino tiene 8 o no se cuantas personalidades? se me hace que tu anonima(o) esta entre Norman Bates y esa pelicula, no crees?
La sílaba tónica es la grave... ahí te dejé de leer.
En México, si no me equivoco, decimos futbol. Serás argentino...
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