Pronto, fotos de Lucas en Londres.
Mientras eso sucede, les platico.
A lo largo de mi vida he tenido cinco iPods. Ni siquiera ha sido porque me sobre dinero o porque siempre esté a la vanguardia con lo último de la tecnología, más bien ha sido por culpa de descuidos.
Verán, mi primer iPod:
Llegó a mí sobre pedido. La idea es que lo iba a pagar pero entre que me hice guey y entre que me lo regaló una gran mujer pues nada más entregué la mitad de su costo. Me duró unos meses hasta que un día se cayó en el cine y aunque regresamos de inmediato para buscarlo ya no estaba. Snif.
¡Uff! Este iPod revolucionó mi vida con su ruedita apachurrabotones. Horas de diversión y de música. Todo iba bien hasta que alguien lo robó de mi casa durante una fiesta. Hasta la fecha sigo tratando de capturar al responsable sin éxito. Este también fue un regalo así que ya se imaginarán que fue el último de esa naturaleza. Obvio, después de dos iPods ¿quién en su sano juicio regalaría otro?
Ahorré, ahorré y ahorré (mis vales de despensa) para suplir mi viejo iPod.
Lo compré en la tienda de los tecolotes y todo era felicidad. Este ya venía con la opción de ver videos pero creo que nunca la utilicé. Duró mucho más que los anteriores, sobrevivió mordidas de mi perro y hasta derrames de alcohol y justo cuando creí que era inmortal vino lo peor.
Una noche dejó de funcionar, aún no sé si atribuirlo a que puse 5 minutos de Gloria Trevi o a una caída de un metro de altura. Lo intenté arreglar y nada. Aún conservo su cuerpo innerte desde hace seis meses.
Este fue un regalo también, cortesía de Blue Man Group, durante un viaje a Tampa para entrevistarlos. Venía precargado con la música que utilizan en el show. Lo triste de este es que no sé bien qué le sucedió. Un buen día desapareció de su lugar y estoy seguro que de igual modo un buen día se dignará a aparecer.
Y llegamos al último, al feliz iPod que me acompaña desde el fin de semana pasado.
Cortesía de Sir Elton John pues me lo obsequiaron durante su concierto, en él venía el press kit del evento el cual por supuesto ya borré para cargarlo con la música favorita.
Ahora espero que este dure mucho, al menos lo suficiente para comprar el iPod Touch al que aún no le quito el ojo de encima pero que tristemente la crisis lo hace parecer cada vez más lejano.
Pero ya saben, si están interesados en que aumente mi historia con los iPods es cosa de que nos pongamos de acuerdo, yo siempre estoy dispuesto a experimentar con nuevas posesiones.
Mientras eso sucede, les platico.
A lo largo de mi vida he tenido cinco iPods. Ni siquiera ha sido porque me sobre dinero o porque siempre esté a la vanguardia con lo último de la tecnología, más bien ha sido por culpa de descuidos.
Verán, mi primer iPod:
Llegó a mí sobre pedido. La idea es que lo iba a pagar pero entre que me hice guey y entre que me lo regaló una gran mujer pues nada más entregué la mitad de su costo. Me duró unos meses hasta que un día se cayó en el cine y aunque regresamos de inmediato para buscarlo ya no estaba. Snif.
¡Uff! Este iPod revolucionó mi vida con su ruedita apachurrabotones. Horas de diversión y de música. Todo iba bien hasta que alguien lo robó de mi casa durante una fiesta. Hasta la fecha sigo tratando de capturar al responsable sin éxito. Este también fue un regalo así que ya se imaginarán que fue el último de esa naturaleza. Obvio, después de dos iPods ¿quién en su sano juicio regalaría otro?
Ahorré, ahorré y ahorré (mis vales de despensa) para suplir mi viejo iPod.
Lo compré en la tienda de los tecolotes y todo era felicidad. Este ya venía con la opción de ver videos pero creo que nunca la utilicé. Duró mucho más que los anteriores, sobrevivió mordidas de mi perro y hasta derrames de alcohol y justo cuando creí que era inmortal vino lo peor.
Una noche dejó de funcionar, aún no sé si atribuirlo a que puse 5 minutos de Gloria Trevi o a una caída de un metro de altura. Lo intenté arreglar y nada. Aún conservo su cuerpo innerte desde hace seis meses.
Este fue un regalo también, cortesía de Blue Man Group, durante un viaje a Tampa para entrevistarlos. Venía precargado con la música que utilizan en el show. Lo triste de este es que no sé bien qué le sucedió. Un buen día desapareció de su lugar y estoy seguro que de igual modo un buen día se dignará a aparecer.
Y llegamos al último, al feliz iPod que me acompaña desde el fin de semana pasado.
Cortesía de Sir Elton John pues me lo obsequiaron durante su concierto, en él venía el press kit del evento el cual por supuesto ya borré para cargarlo con la música favorita.
Ahora espero que este dure mucho, al menos lo suficiente para comprar el iPod Touch al que aún no le quito el ojo de encima pero que tristemente la crisis lo hace parecer cada vez más lejano.
Pero ya saben, si están interesados en que aumente mi historia con los iPods es cosa de que nos pongamos de acuerdo, yo siempre estoy dispuesto a experimentar con nuevas posesiones.
4 comentarios:
Por supuesto que fue lo de Gloria Trevi... eso mata cualquier iPod
Cierto, fue Gloria Trevi.
Ese clan es invencible...
No podemos echarle la culpa a la Trevi de que Lucas soltara al aire a su iPod....Yo estuve ahí!!! Esperemos que este aparatito nuevo tenga mejor suerte!!!
Propongo que antes de que muera, lo pierdas o te lo roben, tenemos que estrenarlo en un festejo!!!
Felicidades por tu ipod!!!!
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